Desarrollo de las virtudes: un juego de rol

Las virtudes son comportamientos del alma, potencialmente poseemos una serie de virtudes, pero las tenemos a diferentes niveles de desarrollo. A lo largo de nuestras vidas, debemos practicarlas para mejorarnos como persona, no se puede “tener” o “no tener” una virtud. Las virtudes no son blancas o negras, son toda una escala de grises, y, es más, nunca se llegan a ver del todo en blanco o negro. Con esto quiero decir, por ejemplo, que uno nunca puede ser “una persona honesta”, como expresión si que se usa, pero si lo analizamos, estamos diciendo que en esta persona se refleja la virtud de la honestidad en su máximo esplendor, al 100%, cuando esto es una virtud de Dios, y los humanos no podemos aspirar más que a reflejar su luz, pero nunca ser esa luz.

Así que se puede actuar honestamente, y “ser honesto” hasta cierto grado digamos, (teniendo en cuenta que estamos materializando una virtud, algo del plano espiritual…) que uno es honesto al 99%, pero nunca al 100%. Y nuestra misión en la vida (según la Oración Obligatoria Corta bahá’í) es:

“Soy Testigo, Oh mi Dios, de que tú me has creado para conocerte y adorarte”

Es conocer a Dios. Uno de los modos de conocer a Dios es practicando Sus virtudes, ya que en Él se reflejan al 100%. Por lo tanto se podría decir que debemos intentar aumentar ese porcentaje que tenemos reflejado en una cantidad x. Convirtamos la misión de la vida en un juego de rol, para verlo de otro modo.

Por ejemplo, Pepito tiene su generosidad al nivel 34% (como si de un juego de rol se tratara) y se ha propuesto como meta durante las próximas semanas subir al nivel 36%, para ello ha encontrado una serie de actitudes y comportamientos que le dan “puntos de experiencia” con los que subir de nivel. Ahora, por ejemplo, cuando tiene patatas fritas, a pesar de tener mucha hambre, se ha planteado la meta de que cuando esté acompañado por un amigo, le ofrecerá. Este nuevo comportamiento le está dando algunos puntos de experiencia y se acerca poco a poco al nivel 35. Llegará el día (si sigue practicando esta virtud) en que estará en un nivel en que tendrá que ofrecer a desconocidos para poder subir de nivel, pero para entonces, el hecho de “ofrecer a un amigo” que antes era su meta, todo un reto para él, ya será una actitud que habrá asimilado, y lo hará sin pensar, ofrecerá sus patatas fritas a todos sus amigos, sin tener que esforzarse y pensar… “tengo hambre… pero debo ofrecerles patatas para ser generoso” sino que, simplemente, lo hará como parte de su comportamiento, como parte de Pepito.

Por su puesto, hay comportamientos negativos en nuestras vidas, que nos echan para atrás, nos quitan puntos, nos convierten en menos generosos. Podría llamársele egoísmo, pero el egoísmo no es sino la falta de generosidad, al igual que la oscuridad no es sino la falta de luz. ¿Puede alguien “construir” de algún modo oscuridad? No. El único modo de conseguir oscuridad es tapar la fuente de luz, del mismo modo el egoísmo, y todos los comportamientos negativos, no son sino la falta de virtudes, o el poco desarrollo de las mismas.

De todos modos, aunque se pueda ganar o perder “puntos de experiencia”, subir o bajar de “nivel de virtud”, siempre tenemos que tener en cuenta que jamás llegaremos al 100%, o al 0%. Si alguna vez creemos que tenemos una virtud al 100%, si por un momento lo pensamos, en ese mismo instante estamos perdiéndola… siempre hay algo más que podemos hacer.